Para los pueblos indoeuropeos que se extendieron por Europa y parte de Asia hace unos 4.000 años, la raíz sker- se vinculaba con significados afines a las ideas de ‘cortar’, ‘separar’ y también ‘rascar’. En el norte de Europa surgió la palabra que terminó en el scar ‘cicatriz’ del inglés de hoy, mientras que en Roma se derivó hacia cicatrix, -icis, de donde nos viene cicatriz.
Cuando estos pueblos adquirieron la escritura, en algunas variantes indoeuropeas se derivó otra más reciente, skrïbh-, que, dio lugar a ‘marcar sobre una corteza, rascar, bosquejar’. En latín se formó scribere, inicialmente ‘marcar sobre una corteza’ y luego ‘bosquejar’, hasta que estos significados cedieron paso a ‘escribir’. Cicerón, Horacio y Ovidio ya empleaban scribere con un significado muy semejante 'escribir', pero sin que se hubiera perdido totalmente la denotación de ‘marcar’. En efecto, Quintiliano, ya a fines del siglo I d. C. usaba scribere stigmata fugitivo para expresar ‘marcar con hierro a un esclavo fugitivo’.
La escritura es, pues, etimológicamente, una cicatriz que dejamos sobre el papel y nombre tiene una historia que es mucho más antigua que ella misma.
El valor de la amistad, el heroismo como meta y la responsabilidad como motor de la conducta moral encuentran su plasmación definitiva en este espacio virtual, añorado espacio del que todos los hombres han sido exiliados y al que sólo mediante la fabulación cabe regresar...
martes, 27 de mayo de 2014
escribir
Por Ricardo Soca...
patria est ubicumque est bene
La patria es dondequiera que se esté bien. Pacuvio, citado por Cicerón. Equivalente a ubi bene, ibi patria, 'donde se está bien, allí está la patria'.
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